El trato de los tulipanes comienza con la manipulación cuidadosa de sus bulbos. Al plantarlos, es importante no dañar su cubierta externa, ya que cualquier herida puede afectar su desarrollo. Durante la siembra, se recomienda colocarlos en un suelo bien drenado y mantener un manejo delicado al enterrarlos, asegurando que la orientación y profundidad sean adecuadas para favorecer el crecimiento de raíces y tallos.

Durante su crecimiento y floración, los tulipanes deben ser manipulados con suavidad. Al cortar flores marchitas, se debe evitar dañar los tallos y hojas que siguen alimentando al bulbo. Cualquier movimiento brusco puede afectar la floración o la salud general de la planta.

Al trasplantar o almacenar los bulbos después de la floración, es esencial manipularlos con cuidado, evitando golpes o presiones que puedan causar magulladuras. El almacenamiento debe hacerse en lugares frescos y secos, preservando su vitalidad para la próxima temporada.

En general, el manejo correcto de los tulipanes implica atención en la siembra, corte de flores y almacenamiento, garantizando que los bulbos se mantengan saludables y puedan florecer año tras año.